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Conmueve SOS de maestra rural; pone a trabajar a gobierno y diputados

Responden cientos a denuncia sobre las precarias condiciones de la educación indígena en la sierra

De la Redacción

miércoles, 23 octubre 2019 | 16:44

Nelsy Daniela Urbina Ceballos, es una joven maestra de Educación Indígena que desde el corazón de la sierra de Guadalupe y Calvo ha logrado conmover a los chihuahuenses y puesto a trabajar al gobierno del Estado, al ayuntamiento y hasta diputados locales, tras denunciar las condiciones de precariedad que padecen los niños de la comunidad escolar a su cargo.

Su denuncia, a través de su cuenta de Facebook, evidenciando las carencias que obligan incluso a los pequeños a cruzar en medio de un arroyo para llegar al aula ha desencadenado una ola de ayudas, pero ella aún no lo sabe porque en el lugar donde se encuentra no hay luz y mucho menos señal telefónica.

Hace unos días, estando en Baborigame, describió las condiciones que padecen los niños rarámuri que acuden a lo que ellos llaman escuela, un aula que les sirve de comedor y también de dormitorio.

Exhibió fotografías y su mensaje – dirigido al gobernador y del presidente de la República – se convirtió en un grito desesperado que consiguió que los ojos de las autoridades y chihuahuenses se posaran en la comunidad de Río Tauripa, donde abunda la marginación y la pobreza.

Después, sin saber lo que su publicación provocaría, pero con la esperanza de ser escuchada, volvió a su centro de trabajo donde permanecerá sin contacto telefónico hasta el fin de semana, ignorando que su denuncia cobró fuerza. Más de 35 mil personas la compartieron.

Con un “ahí te hablan Javier Corral”, ciudadanos replicaron el mensaje en las cuentas oficiales del gobernador, y ante la “oleada” el gobierno respondió asegurando que las áreas de Atención Ciudadana y la Secretaría de Educación y Deporte se habían puesto a trabajar para atender el caso. “El acceso tan complicado es el motivo del flujo tan lento para hacerles llegar la ayuda”, se indicó.

El diputado local Jesús Velázquez, representante de Guadalupe y Calvo, alzó también la mano y se ofreció a hacer las gestiones necesarias para que los alumnos tuvieran un espacio digno donde estudiar.

El ayuntamiento de Guadalupe y Calvo, respondió afirmando que la escuela será integrada a  recursos federales que están por llegar, al tiempo que cientos de ciudadanos se organizan buscando hacer llegar apoyos.

Nada de eso habría pasado si la maestra no hubiese denunciado.

¿Quién es la maestra Nelsy?

Nelsy Daniela Urbina Ceballos, se graduó en agosto del 2016, en el municipio de Guachochi, de la licenciatura en Educación.

Antes de ellos ya había tenido contacto con las aulas, como facilitadora comunitaria. Su vocación por enseñar a los niños que habitan en las comunidades, sembró en ella el deseo de ser maestra.

“Delsy fue una excelente estudiante y ahora lo está demostrando como una docente comprometida”, dijo Herberto Molina, uno de sus maestros.

Al frente de la escuela rural, atiende a niños de 6 a 12 años, a quienes les imparte educación primaria.

Los pequeños deben caminar horas para llegar al lugar, que también hace las veces de albergue. Ella misma debe caminar una hora desde Baborigame hasta Río Tauripa.

Ahí los pequeños duermen sobre delgadas colchonetas y la comida escasea.

“Es muy triste sobre todo cuando te piden más comida y tienes que decirles que no para que pueda rendir para los siguientes días”, contó Nelsy.

Los alimentos deben ser trasladados sobre los lomos de animales e incluso sobre las espaldas de los pocos pobladores, en mochilas o costales.

“Los niños requieren de alimentación y de un espacio digno para dormir, para que eso sea favorable en su educación”, dijo al explicar lo que la motivó a hacer la denuncia.

Su caso no es único. La denuncia ha motivado a otros maestros a dar a conocer las situaciones similares que atraviesan muchos planteles en la sierra.

“Como docentes lo mejor que podemos hacer es dar a conocer las carencias de nuestros centros de trabajo ya que en su mayoría no tienen ni siquiera aulas dignas para estos alumnos que cada día caminan hasta 5 horas para lograr sus aspiraciones, lo mejor sería que nuestras autoridades, tanto de nuestro nivel indígena se den cuenta de las carencias,   y que visiten esos lugares que un supervisor nunca ha pisado” expresó uno ellos.