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Incrementa el número de hijos maltratadores

Por lo general son jóvenes que se encuentran bajo el influjo de alcohol o droga

Esteban Villalobos

jueves, 28 noviembre 2019 | 09:12

Parral.- A pesar del aumento de casos de hijos que maltratan a sus padres, la mayoría de las ocasiones estos hechos quedan ocultos, toda vez que la denuncia de un hijo, suele ser el último paso que dan las familias después de probar otras salidas y cuando ven que la situación ya es insostenible, es cuando denuncian.

De acuerdo con el director de Seguridad Pública Municipal, Hugo Bueno Dueñas, en las últimas semanas el número de casos de hijos que golpean a sus padres ha sufrido un incremento considerable, de acuerdo con las estadísticas de llamadas telefónicas al sistema de emergencias 911.

En tanto Rocío Covarrubias, coordinadora de salud mental en la jurisdicción sanitaria III, destacó que, así como los padres, generalmente, se esfuerzan por formar hijos responsables, sensibles y generosos, lamentablemente, también existe la otra cara de la moneda, cuando los progenitores, tal pareciera, son promotores de los hábitos negativos y de actitudes que van construyendo hijos cargados de rencor, resentimiento y agresividad que descargan en los demás.

“Se trata de reproducir un patrón de conducta que el hijo imita de alguno de los padres, o a veces de ambos, porque su modelo está en casa, no obstante que no cumpla con sus expectativas, por lo que, inconscientemente, desde que nace, va absorbiendo cada una de las enseñanzas que recibe cotidianamente, aunque no todas sean de su agrado pero que acepta porque no tiene otra opción”.

Explicó que normalmente, los padres violentos, a su vez, también vienen arrastrando y heredando una serie de episodios que marcaron su carácter con sus respectivos progenitores, quienes influyeron en su momento para forjar su personalidad con un perfil de agresividad que se reafirma y se transmite generacionalmente cuando forman su propia familia, con las consecuencias que ello implica.

“De la familia surge su modelo de actitud, de disciplina, de conducta y de comportamiento, por lo que los padres son igualmente corresponsables del hecho de que sus hijos sean agresivos o no”.

Bueno Dueñas sostuvo que estos casos extremos son los que se hacen visibles, gracias a las llamadas de auxilio que hacen los mismos padres o incluso familiares, pero otros tantos, permanecen en secreto, principalmente por la vergüenza y la idea de que este problema no tiene solución.

Mencionó que los reportes se reciben de diferentes sectores de la ciudad, especialmente de la periferia y por lo general de jóvenes que se encuentran bajo los influjos del alcohol o alguna droga.

Reconoció que el problema persiste debido a que los elementos policíacos cumplen con su labor de acudir al lugar de los hechos y detener al responsable, sin embargo, estos vuelven a reincidir y los mismos padres los perdonan.

Ambos entrevistados coincidieron en que estos comportamientos agresivos suelen ir relacionados con deficiencias graves en el proceso educativo del adolescente, pues en general, estos jóvenes no han interiorizado límites y normas claros; no aceptan ningún tipo de control y son incapaces de asumir frustraciones, advierten.

“Su rendimiento escolar suele ser muy bajo, se comportan de una forma egoísta con sus padres y sumisa con el resto, por lo que la violencia se limita normalmente al ámbito familiar”, refirió la coordinadora de Salud Mental.

Dijo que estos rasgos, unidos a un carácter muy impulsivo, forman una carga explosiva, aunque, en algunos casos, la conducta violenta pueden ser síntoma de un trastorno psiquiátrico, es importante tener en cuenta que la mayoría de los menores que agreden a sus padres, no sufren ningún trastorno mental, es decir, no hay una etiqueta diagnóstica que se adecue exactamente a este problema.